Rosellón, maestro del

Marco Temporal

c.1420 –1440

Marco Geográfico

Rosellón

Técnicas

Temple sobre madera y dorado

Perfil y debate historiográfico

El conocido como maestro del Rosellón es un nombre de convención propuesto a principios del siglo XX por el investigador americano Ch. R. Post, que distinguió una nueva personalidad artística derivada del estudio del retablo de San Andrés, hoy conservado en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York. No obstante, el análisis de este retablo indica que debe tratarse de un taller entorno a esta figura artística, que debió tener su foco de producción en Perpiñán, aunque también trabajó en tierras gerundenses, concretamente en dos retablos, uno para la población de Fortià y, otro, para Castelló d’Empúries (Gudiol-Alcolea, 1986), si se acepta su identificación con Arnau Pintor (doc. 1385-1440), personaje del que hablaremos más adelante.

Después de este primer estudio, el catálogo definido para este artista creció gracias a las aportaciones de Marcel Durliat (Durliat 1952, 1953 y 1954) hacia los años 50 y, más recientemente, a los estudios de Rosa Alcoy (Alcoy 1998), Francesc Ruiz Quesada (Ruiz 2005) o Lorena Garcia (Garcia 2011 i 2012), que han llevado a cabo nuevas versiones de este primer catálogo, y realizado nuevas aportaciones para el conocimiento artístico del pintor. A grosso modo, los tres autores coinciden en afirmar que el maestro del Rosellón presenta numerosas influencias de la pintura borrassiana y que su obra, paralelamente, irradia a las producciones de pintores gerundenses de la segunda mitad del siglo XV como Joan Antigó y Honorat Borrassà. Por lo que se refiere a la identificación del Maestro, Alcoy y Garcia proponen que el personaje más adecuado es Arnau Pintor (doc. 1385-1440) considerando la figura de Jaubert Gaucelm (doc. 1393-1440) como precursor. Aunque todavía no ha sido localizado documento alguno que ayude a esclarecer esta problemática, algunos estudios (Garcia 2012) proponen un posible recorrido de Arnau Pintor y exponen los argumentos que llevan a defender esta identificación. Contrariamente, otros autores (Ruiz 2005) identifican el maestro del Rossellón con Jaubert Gaucelm o Bartomeu Capdevila (doc. 1411-1460).

En torno a la cuestión de las obras atribuidas al maestro del Rosellón, variable según el autor consultado, existe una cierta unanimidad en considerarlo autor de cuatro obras: el retablo de San Andrés conservado en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el retablo de San Juan Bautista de Èvol, una Crucifixión conservada en Basilea y, por último, el fragmento del retablo posiblemente dedicado a Santo Domingo conservado en la iglesia parroquial de Cotlliure. Si bien existen otras obras atribuidas al Maestro, a partir del análisis estilístico los autores anteriormente citados tienen reticencias en incluirlas en el catálogo. Entre estas producciones cabe destacar, en primer lugar, el retablo de San Nicolás de Cameles (Francia), que tiende a atribuirse a Jaubert Gaucelm (1393-1440), por su estilo más cercano al taller de los Serra (Ruiz Quesada 2005). De hecho, existe documentación sobre la formación de Jaubert Gaucelm en dicho taller. En segundo lugar, la predela de un retablo conservado en la iglesia parroquial de Le Boulou (França), que también puede excluirse por cuestiones de estilo. Y por último, un fragmento de un retablo dedicado a san Andrés, en el que se narra la aparición del santo a un obispo para desvanecer las tentaciones. A pesar de que la iconografía presenta puntos de contacto con otras obras del Maestro, desde un punto estilístico se vislumbra un arte menos desarrollado.

Las composiciones atribuidas al maestro del Rosellón se enmarcan dentro del contexto pictórico del denominado Primer Gótico Internacional. Así pues, sus obras se caracterizan por la presencia de unas escenas trabajadas, generalmente, sobre fondos arquitectónicos muy variados y sugerentes, un elemento que puede presentarse como un rasgo distintivo. Por otro lado, una característica propia de este artista se halla en la selección de las escenas para los retablos. En este contexto, conviene señalar que normalmente los coronamientos carecen de la escena de la Crucifixión, que es reemplazada por otro tipo de escenas menos frecuentes como bautismos o representaciones de la Virgen. Por último, no podemos olvidar los programas iconográficos empleados en sus producciones. Si bien la mayoría se inspiran en los modelos propios de la época, existen ciertas evidencias para pensar que algunas escenas derivan de otras fuentes menos conocidas o bien de leyendas tradicionales rosellonesas. 

Texto: Lorena Garcia Morato

Obras

Obras atribuidas

  • Retablo de San Andrés (c. 1420-1430), procedente de Perpignan (The Cloisters, Metropolitan Museum of Art, Nueva York).
  • Retablo de San Juan Bautista (antes de 1426), iglesia de San Andrés de Èvol.
  • Crucifixión, área del Rosellón  (c. 1425-1430), conservada en la Oeffentliche Kunstsammlung, Basilea.
  • Fragmento de un retablo, posiblemente dedicado a Santo Domingo (c. 1430-1440) procedente del convento de los dominicos de Cotlliure (iglesia parroquial de Cotlliure).

Obras del círculo o taller del maestro del Rosellón

  • Retablo de los Santos Justo y Pastor (procedencia desconocida), iglesia americana de París (procedente de la Colección Wilkinson.

Bibliografía

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